Zaragoza,
4 de mayo de 2012.-
Trescientas personas se han dado cita
esta noche en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen en la “Vigilia de Canto y
Oración”, uno de los dos momentos del IV GESTO DIOCESANO CONTRA LA CRISIS.
Este año, el Gesto Diocesano
se dedica a los jóvenes, a las cicatrices que esta crisis que presenta múltiples facetas -financiera,
económica, de alimentos, medioambiental y de valores- está dejando en ellos.
La vigilia ha supuesto un
espacio de reflexión, donde varios jóvenes han ido desgranando los “problemas sociales”
y los “problemas para la vida de fe” que estos momentos sufren. Lo han
simbolizado pegando en un panel todo aquello que les amenaza.
En un momento de su
intervención, D. Santiago Aparicio, Vicario Episcopal, que ha presidido la vigilia, ha dicho que
“Jesucristo no cerró los ojos ante el sufrimiento ni perdió la esperanza cuando
parecía que nada tenía sentido. Devolvió
la vida al hijo de la viuda, a la hija de Jairo, a la niña muerta. Su palabra y
su gesto rotundo: ¡No están muertos. Están
dormidos! Hoy los jóvenes no están muertos. Quizá dormidos, adormilados por la
desesperanza, cautivos del paro, confundidos por un futuro incierto. ¡Levántate
y anda! ¡Thalita kumi!. La mirada y la palabra de Jesús despierta, levanta y
mueve. Su voz transforma”.
En otro momento de la
vigilia, bajo el panel, donde los jóvenes han ido marcando sus cicatrices, ha
aparecido el rostro de Jesús. Este gesto,
lleno de simbolismo, quiere transmitir
confianza, si los jóvenes son el espejo
en el que se mira toda la sociedad, Jesús es el espejo en el que mirarnos los
cristianos, un espejo de solidaridad y futuro. Ese rostro, convertido en
espejo, se ha repartido entre los presentes, que lo han ido recogiendo pedazo a
pedazo entre oraciones y cantos.
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